Carmen Gil nos regaló hace unos años un álbum en verso lleno de humor e imaginación en el que nos presenta un completo inventario de tipos de hadas. El libro de las hadas (Ed. Toromítico, 2007) es un bello álbum que está magníficamente ilustrado por Jacobo Muñiz, que con sus acertados trazos y colores expresa a la perfección las intenciones de la escritora.
Para comenzar, Carmen explica a los pequeños lectores qué significa ser un hada madrina y describe lo difícil que resulta a veces llevar a cabo sus encantamientos, pues deben estar siempre viajando y sufriendo las inclemencias del tiempo. Y a continuación, comienza el gran desfile de hadas: Margarita, que faltó a su cita con la Cenicienta; Fresa, que encantó a la Bella Durmiente; la hada novata que no deja de meter la pata; Cristobalita, que al ser tan pequeña no puede con su varita; la moderna Sara, que viste vaqueros y habla por el móvil; Burbuja, que prefiere ser una bruja; Renata, que se anuncia en el periódico; las hadas de las estaciones del año; Campanilla, que sufre reúma y Viruta, una hada diminuta.
Todas las composiciones, como ya nos tiene acostumbrados Carmen Gil, son perfectas en métrica y en ritmo y regadas todas ellas con el humor que la caracteriza. También, a parte del catálogo de féminas mágicas, el libro incluye el menú del restaurante a donde éstas suelen ir a satisfacer el apetito, una nana para dormir a un hada buena, un ingenioso trabalenguas y una completa lista de palabras mágicas para que los lectores prueben a realizar encantamientos.
Para que sirva de muestra de lo dicho anteriormente sobre el estilo de la autora, expongo aquí estos versos pertenecientes a varios poemas. “Se anuncia hada madrina: El hadita Renata/ estudió por fascículos./ No hay hada más barata/ ni con mejor currículo.” “El hada moderna: Sara es cejijunta,/ con pelos de punta,/ nariz de morcilla,/ y cara de pilla.” “El hada novata: Con su magia sorprendente,/ hizo llover al revés./ Tuvo que salir la gente/ con paraguas en los pies.”
De El libro de las hadas se puede decir también que es uno de esos libros que tiene la seguridad de que en aquel hogar que entre recibirá el cuidado y el mimo de todos aquellos que tengan el privilegio de disfrutar de sus colores, su tacto, su olor... La edición está cuidada al mínimo detalle y eso convierte al continente de la obra en un bello objeto capaz de animar a la lectura con tan sólo mirarlo.
Para terminar, sólo señalar la última estrofa del poema que inaugura la obra y que encierra un hermoso mensaje: “Con un horario horroroso/ y más de un inconveniente,/ ¿hay oficio más hermoso/ que hacer feliz a la gente?”.
Qué maravilla!! No conocía este album. Lo buscaré. :)
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